Cabello seco frente a cabello dañado
El cuidado del cabello seco y el cuidado del cabello dañado no son términos idénticos.
Esto significa que el pelo seco y el pelo dañado forman un grupo separado en su clasificación.
En la práctica, sin embargo, los términos se confunden a menudo, ya que es importante recordar que, aunque todo el pelo dañado es seco, no todo el pelo seco está dañado.
La diferencia radica, entre otras cosas, en la causa del tipo de pelo.
Para diagnosticar correctamente este problema, primero tienes que examinar la naturaleza de tu pelo y tu rutina actual de cuidado capilar.
El pelo seco y el pelo dañado son dos tipos de pelo diferentes y, por tanto, requieren un enfoque individual del cuidado capilar.
Cabello seco
Los principales factores que influyen negativamente en el estado del cabello, es decir, que provocan su deterioro, son sin duda los tratamientos químicos (decoloración, oscurecimiento, permanente), los tratamientos capilares (alisado, rizado, uso frecuente de rizador o secador), los productos para el cuidado del cabello insuficientemente prescritos -champús que contienen detergentes potentes, acondicionadores, mascarillas- o incluso frotar el pelo con la toalla al secarlo o no peinarlo suavemente.
El pelo también puede ser seco por naturaleza.
Esto ocurre cuando la piel no produce suficiente sebo o cuando éste no se distribuye suficientemente en el pelo.
El pelo seco es más vulnerable a los daños que el pelo normal o graso.
Pierde humedad rápidamente, se vuelve quebradizo y frágil y a menudo se parte.
El pelo seco también se enreda con facilidad y es difícil de peinar, pues carece de brillo y elasticidad.
El pelo seco también es propenso al encrespamiento.
A diferencia del cabello normal o graso, el cabello seco tiene mejor aspecto inmediatamente después del lavado.
Utiliza un champú, un acondicionador y una mascarilla después del lavado.
También es importante utilizar un champú y una mascarilla después del acondicionador, porque el pelo seco necesita una hidratación constante todos los días.
Son productos complementarios que nunca deben faltar en nuestro cuarto de baño.
Lo ideal es que sean de buena calidad, contengan ingredientes naturales y tengan una textura ligera para no suponer una carga innecesaria.
Después del lavado, también puedes aplicar tu aceite favorito en las puntas, por ejemplo, aceite de coco virgen, que gracias a sus propiedades únicas tiene la capacidad de penetrar en la estructura capilar, aumentando la hidratación de las puntas y evitando que se partan. Otros ingredientes hidratantes son la avena, la manteca de karité, la queratina, el aceite de argán, el aceite de almendras dulces y el aceite de aguacate.
Cuando se trata de mascarillas para el cabello seco, merece la pena elegir una que fortalezca las raíces La mascarilla debe ser rica en ingredientes hidratantes y nutritivos.
Utilizar mascarillas bien elegidas hace que el pelo sea fuerte, brillante y resistente.
Aplicar una mascarilla después del lavado facilita el peinado, dejando el pelo suave, ligero y brillante.
Utilizar la mascarilla como compresa antes del lavado mejora definitivamente la hidratación y elasticidad del cabello.
Cabello dañado
El cuidado frecuente e intensivo del cabello o lavarlo con demasiada frecuencia y el uso de cosméticos que contienen detergentes potentes privan al cabello de su barrera protectora natural.
El calor generado por secadores, rizadores y planchas también contribuye a debilitar el cabello.
También es importante recordar que el champú, junto con todas las impurezas, elimina la capa protectora natural del cabello contra posibles daños.
Por eso es aconsejable utilizar el acondicionador con frecuencia, incluso como limpiador.
El acondicionador sin aclarado es el más eficaz.
Por desgracia, este método no es adecuado para todo el mundo.
Si utilizas un champú, asegúrate de que sea suave con el cabello y el cuero cabelludo.
Los mejores aceites son los que penetran profundamente en la piel
Para el pelo dañado, engrasarlo también puede ser una buena opción.
Los mejores aceites para esto son los que penetran profundamente en el pelo, como el aceite de coco virgen, el aceite de pepitas de uva y el aceite de almendras dulces.
Estos aceites pueden aplicarse unas horas antes del champú y un poco después en las puntas.
Para cuidar este tipo de cabello, conviene elegir cosméticos diseñados específicamente para cabellos dañados, quebradizos, decolorados, secos, rizados y apagados, con el objetivo de nutrirlos, suavizarlos, hidratarlos y darles brillo.
Una mascarilla bien elegida debe tener propiedades nutritivas y protectoras frente a las condiciones climáticas adversas -humedad, altas y bajas temperaturas- y contener ingredientes que dejen el pelo suave, sedoso y brillante.
Cabello hidratado, elástico y brillante
Las mascarillas deben formularse de modo que los principios activos penetren en el pelo y rellenen la pérdida de cemento intercelular natural, es decir, que refuercen las fibras y cierren las cutículas abiertas.
Esto regenera la estructura capilar, dejándola hidratada, elástica y brillante.
Las mascarillas pueden contener, entre otras cosas, queratina, que penetra en la superficie del cabello, rellenando los microdaños del pelo dañado y seco y evitando la rotura y las puntas abiertas.
El pelo recupera su suavidad y un brillo saludable. La mascarilla debe aplicarse no más de tres veces por semana durante 15 a 30 minutos, y se recomienda calentarla con un secador, ya que la temperatura más alta ayuda a que los nutrientes penetren más rápidamente en el pelo.
Aunque el pelo seco y el pelo dañado tienen causas diferentes, también tienen mucho en común.
El pelo seco y el pelo dañado tienen mucho en común.
Ambos requieren cuidados y atención especiales, pero los dos te agradecerán su salud y belleza.
«Uno de mis mayores sueños es que mi negocio pueda cambiar el curso de la vida de una familia, un niño cada vez, retribuyendo a la comunidad«.