Acné en adultos: Síntomas Tratamiento Diagnóstico
El acné es un trastorno crónico de la piel que afecta a alrededor del 60-80% de la población.
Las alteraciones cutáneas en forma de seborrea, puntos negros, pápulas y pústulas se localizan con mayor frecuencia en la cara, la espalda y el pecho.
Cuando decimos acné, ¡pensamos en acné juvenil!
Estamos acostumbrados a que los puntos negros y las erupciones purulentas sean el azote de la adolescencia.
Pero los dermatólogos no se hacen ilusiones.
El acné ya no es patrimonio de los adolescentes, y ahora afecta a más del 50% de las personas mayores de 25 años.
Causas de la formación del acné
Todo comienza con un aumento de la producción de secreciones de las glándulas sebáceas y la queratinización simultánea de la epidermis.
En tal situación, el sebo producido en grandes cantidades no puede escapar libremente de la superficie de la piel y bloquea las salidas de los conductos que conducen a las glándulas sebáceas.
De este modo, la secreción queda atrapada en la epidermis, creando primero microfisuras y luego puntos negros cerrados.
Son un lugar ideal para la actividad de bacterias anaerobias que, bajo la influencia de enzimas, descomponen los componentes del sebo en ácidos grasos, que a su vez irritan los tejidos circundantes, provocando la formación de estados inflamatorios.
Al mismo tiempo que los anaerobios, pueden empezar a actuar otros microorganismos, como las levaduras, que intensifican aún más las reacciones inflamatorias.
Empiezan a formarse granos y pápulas en la piel que, si no se tratan, se convierten en nódulos e infiltraciones y, en fases avanzadas, en quistes purulentos.
Incluso después de curarse, dejan cicatrices en la cara.
Los factores que provocan una producción excesiva de sebo y contribuyen a la formación del acné son los siguientes:
- Desequilibrio hormonal
- Factores genéticos
- El estrés produce cortisol
- Una dieta poco saludable
- Cuidado de la piel inadecuado o inexistente
- Tomar ciertos medicamentos, como antidepresivos y corticoesteroides
Tomar el sol en exceso: aunque la exposición al sol mejora temporalmente la tez, reduce la inflamación y minimiza la aparición de granos, a largo plazo agrava los problemas.
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Síntomas del acné
Los síntomas cutáneos del acné pueden ser:
- Puntos negros, Suelen ser el primer tipo de grano que aparece.
Adoptan la forma de puntos negros o amarillos, que suelen aparecer en la nariz y las mejillas.
Están causados por las secreciones de las glándulas sebáceas atrapadas bajo la piel. - Pápulas: son lesiones rojas elevadas en la piel.
- Las pústulas, son puntos negros infectados.
El grano es convexo, con una mancha blanca en el centro (pus) y la piel circundante está muy enrojecida. - Los nódulos son grandes, convexos, de color rojo brillante, con una gran cantidad de pus visible en el centro.
Están arraigados en las capas profundas de la piel.
Los síntomas pueden variar en intensidad y ser de naturaleza mixta. Las lesiones cutáneas resultantes no deben tocarse, pincharse ni estrujarse, ya que esto puede provocar inflamación y el desarrollo de otras lesiones.
Tipos de acné
Hay distintos tipos de acné, según la naturaleza de las lesiones cutáneas, su causa y el momento de su formación:
- Rosácea
- Acné juvenil/común: papular y comedonal
- Acné hormonal
- Acné quístico
- Acné infantil
- Acné postesteroideo
- Acné autoinfligido
- Acné profesional
Acné rosácea
La rosácea es una dermatosis caracterizada por enrojecimiento de la parte central de la cara y erupciones papulosas y pustulosas.
Afecta a adultos, generalmente mujeres mayores de 30 años.
Las causas de la rosácea están relacionadas con un exceso de seborrea, trastornos vasomotores y endocrinos.
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El acné se agrava con el consumo de alimentos fríos y calientes, café y té, chocolate y alcohol.
Las temperaturas altas y bajas, el sol y el estrés también son irritantes.
El tratamiento de la rosácea es largo y difícil.
Se utilizan antibióticos, retinoides y fármacos de sellado vascular, irradiación con una lámpara Sollux con filtro azul y terapia láser.
Acné juvenil
El acné vulgar es la forma más común de acné.
Puede afectar a personas de cualquier edad, aunque aparece con más frecuencia en la adolescencia.
La causa de este tipo de acné es una predisposición genética a una mayor secreción de sebo e hiperqueratosis de los orificios de los folículos pilosos, trastornos hepáticos y problemas gastrointestinales.
El factor desencadenante es la tormenta hormonal, en particular el aumento de la actividad de los andrógenos. La bacteria Propionibacterium acnes está implicada en la patogénesis del acné juvenil.
El acné adolescente se manifiesta en forma de pústulas, pápulas y puntos negros en la cara, la espalda, los hombros y la zona del pecho.
El acné hormonal también puede aparecer en adultos, sobre todo en mujeres, debido a la fluctuación de los niveles hormonales.
Suele aparecer antes de la menstruación, durante el embarazo y durante la menopausia.
Entre las variedades del acné vulgar se incluyen:
- Enrojecimiento o aparición de pústulas y nódulos duros y dolorosos en la piel.
- Acné pilar, en el que también se encuentran quistes de pus.
- Acné en racimos, caracterizado por infiltraciones profundas y quistes purulentos fusionados, que dejan cicatrices. Las lesiones aparecen con más frecuencia en los hombres y se localizan en la cara y en las zonas axilar, inguinal y glútea.
- Acné cicatricial, en el que hay tendencia a la formación de cicatrices, sobre todo en el caso del acné con pus.
Los fármacos utilizados para tratar el acné vulgar son los retinoides, los fármacos hormonales y antibacterianos, el peróxido de benzoilo y los antibióticos eritromicina, clindamicina y macrólidos.
Acné neonatal e infantil
Este tipo de acné puede afectar hasta al 20% de los recién nacidos.
Aparecen puntos negros, erupciones papulares y subcutáneas y nódulos en la cara del niño.
La causa probable del acné es el paso de hormonas maternas al feto.
A veces, el acné infantil puede ser consecuencia del uso prolongado de aceites minerales en la piel del bebé.
Si tu bebé presenta síntomas preocupantes, debes consultar urgentemente a un médico para que evalúe los cambios cutáneos.
En la mayoría de los casos, el acné neonatal e infantil desaparece espontáneamente en 1 a 3 meses.
Otros tipos de acné
El acné puede estar causado por factores externos, que pueden reconocerse y eliminarse para curar la piel.
Pueden distinguirse las siguientes formas de acné:
Acné postesteroideo, lesiones cutáneas en forma de grandes pápulas e infiltrados que aparecen tras el uso prolongado de medicamentos que contienen bromo, yodo, barbitúricos y hormonas esteroideas de la corteza suprarrenal.
El acné autoinfligido se produce cuando las lesiones cutáneas se comprimen o se rascan.
Provoca inflamación, erosiones y ulceraciones.
Puede causar cicatrices, hiperpigmentación y decoloración.
El acné profesional adopta la forma de puntos negros, pústulas y pápulas en los antebrazos y la zona genital.
Se desarrolla como consecuencia del contacto constante con aceites, grasas o alquitranes.
También aparece en personas que trabajan en zonas con humo y polvo.
¿Cómo se elimina el acné?
El acné debe tratarse de forma causal, y a veces un tratamiento no funciona y se necesita una combinación de tratamientos.
El tratamiento del acné se basa en la farmacoterapia, los cuidados adecuados y la transición a un estilo de vida más sano.
Si el acné es leve y las lesiones no se agravan intensamente, el tratamiento tópico suele ser suficiente.
Las pomadas para el acné contienen un antibiótico (normalmente clindamicina, eritromicina o tetraciclina), sustancias auxiliares que reducen la inflamación (peróxido de benzoilo, zinc, ácido azelaico) y vitaminas A y E.
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En los casos más graves, se recomienda el uso simultáneo de pomadas y medicación oral.
Los comprimidos para el acné contienen los mismos antibióticos, pero tienen un efecto general en todo el cuerpo.
El objetivo de los antibióticos tópicos es combatir las bacterias anaerobias.
El tratamiento con un retinoide oral, la isotretinoína, da muy buenos resultados, incluso en casos de síntomas graves de acné.
Tras su uso, las células de la epidermis se exfolian intensamente y se reduce la acumulación de sebo en los folículos pilosos, lo que hace que el tratamiento sea eficaz en un 80-90%.
A pesar de sus espectaculares resultados, el tratamiento con retinoides no es fácil. Debe ser sistemático, durar varios meses y realizarse bajo la supervisión de un médico.
La isotretinoína debe prescribirse antes de realizar cualquier análisis, en particular los de colesterol, ya que su elevada concentración es una contraindicación absoluta.
Cuando se utiliza la isotretinoína, es necesaria la anticoncepción (tanto para las mujeres como para los hombres), ya que el fármaco tiene efectos teratogénicos (daña al feto).
Debido a la exfoliación intensiva de la epidermis, un efecto secundario del tratamiento es la sequedad grave de la piel (y no sólo en las zonas donde hay acné).
Durante el tratamiento, no debes tomar el sol ni utilizar procedimientos de medicina estética.
Remedios caseros para el acné
Como el acné es una enfermedad, desgraciadamente no puede curarse con remedios caseros.
Sin embargo, esto no significa que los remedios caseros sean inútiles, sino todo lo contrario.
Un buen cuidado de la piel para el acné acelera la curación y la nutre.
Una dieta equilibrada rica en minerales y vitaminas previene los efectos de las carencias, y saber qué productos pueden exacerbar el acné significa que puedes eliminarlos conscientemente.
¿Cómo me quito un grano rápidamente?
La pomada de ictiamol ayuda a tratar granos y forúnculos, ya que tiene propiedades bacteriostáticas y astringentes.
La pomada de zinc también alivia la inflamación de la piel.
Para las cicatrices del acné, podemos utilizar preparados a base de alantoína, heparina, extracto de cebolla y nácar.
Podemos eliminar la decoloración causada por el acné mediante peelings químicos, terapia láser o crioterapia.
También puedes utilizar cremas que contengan sustancias aclarantes como la vitamina C o la arbutina.
También son útiles las cremas que contienen té verde, bisabobol o extracto de castaño de Indias.
Cuidado de la piel para el acné
El tratamiento farmacológico debe complementarse siempre con un cuidado adecuado de la piel.
La base del cuidado es una limpieza cuidadosa de la piel para eliminar las impurezas y el exceso de sebo, protegiendo al mismo tiempo el manto hidrolipídico natural de la epidermis, que es garantía de una buena hidratación.
Debes utilizar cosméticos que contengan sustancias limpiadoras suaves (sin alcohol), así como ácido salicílico o ácido glicólico, ya que «aflojan» las células de la epidermis, ayudando a eliminar el sebo.
Los geles limpiadores para piel propensa al acné suelen estar enriquecidos con partículas exfoliantes, cuya función es ayudar a eliminar las células muertas de la piel y estimular su renovación, pero no deben utilizarse en el momento de la exacerbación de los cambios y la aparición de erupciones purulentas (para no extender la infección a otras zonas de la cara). Una exfoliación para piel propensa al acné puede realizarse como máximo 1 ó 2 veces por semana.
Una parte importante del cuidado de la piel es el desmaquillado diario, que puede realizarse utilizando un líquido micelar.
Tras el contacto con el agua, utiliza un tónico (sin alcohol), cuya función es restablecer el pH correcto de la piel, reforzando sus mecanismos naturales de defensa.
La piel grasa con tendencia acneica suele estar deshidratada, por lo que es importante hidratarla regularmente.
Las cremas hidratantes son ligeras y se absorben rápidamente sin dejar una película grasa.
Las cremas de día tienen un efecto matificante adicional (al tiempo que regulan la actividad de las glándulas sebáceas), mientras que las cremas de noche favorecen el tratamiento de las alteraciones del acné.
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Deben contener sustancias con efectos antibacterianos y antiinflamatorios (por ejemplo, peróxido de benzoilo, ácido azelaico, vitamina C, aceite del árbol del té, óxido de zinc) y exfoliantes suaves (por ejemplo, ácidos salicílico, glicólico o de almendras). Las mascarillas para el acné pueden aplicarse una o dos veces por semana.
Es importante para la piel madura que los métodos de cuidado cutáneo utilizados para tratar el acné actúen también sobre el envejecimiento de la piel.
Evitando tomar el sol en exceso y aplicando filtros solares, podemos combatir el fotoenvejecimiento y la formación de decoloraciones.
Gracias a los preparados a base de retinol, prevenimos los trastornos de la queratinización de la epidermis, favorecemos su renovación, mejoramos la subestructura del tejido conjuntivo y aclaramos las decoloraciones y las arrugas superficiales.
La vitamina C también tiene un efecto antiinflamatorio y rejuvenecedor simultáneo.
Su presencia en las cremas combate a la vez los radicales libres e inhibe la producción de citoquinas postinflamatorias.
Lo mismo ocurre con los peelings químicos.
Por un lado, al exfoliar las capas superiores de la epidermis, constituyen una forma de terapia del acné, y por otro, se utilizan en todos los tratamientos antienvejecimiento.
Dieta para el acné
La dieta para el acné debe cubrir las necesidades de todos los nutrientes, minerales y vitaminas. Al mismo tiempo, deben eliminarse los productos con un efecto perjudicial demostrado sobre el cutis acneico.
Una dieta para el acné debe incluir:
Vitamina C, que, como antioxidante, protege contra los efectos negativos de los rayos UV.
También ayuda a reducir la decoloración de la piel e influye en su firmeza y elasticidad.
Se encuentra en frutas y verduras: pimientos, coles de Bruselas, escaramujos, grosellas negras y cítricos.
Vitamina A, que regula la secreción de sebo y es responsable de la hidratación de la piel.
Al igual que la vitamina C, protege contra la radiación solar.
Sus fuentes son la mantequilla, el hígado y los aceites de pescado.
La vitamina D, que influye en la reducción de la producción de sebo.
La vitamina D se forma bajo la influencia de la luz solar, y también se encuentra en pequeñas cantidades en los aceites vegetales y el pescado.
La vitamina PP, que reduce la secreción de sebo, tiene un efecto exfoliante y antiinflamatorio.
Hay mucha vitamina PP en la levadura, el salvado de trigo y la carne.
Vitamina H, cuya carencia se asocia a laaparición de acné y seborrea.
Las fuentes de esta vitamina son los huevos de gallina, los frutos secos y el hígado.
Ácidos grasos omega-3 y omega-6, cuyas buenas fuentes son el pescado de mar, las semillas de lino, las nueces, el aceite de oliva y el aceite de colza.
Estos ácidos grasos reducen la inflamación y las alergias y tienen la capacidad de suprimir la respuesta inmunitaria.
La falta de ácidos grasos insaturados en la dieta provoca problemas de queratinización de la epidermis y la formación de puntos negros.
Los siguientes elementos deben excluirse de tu plan:
Productos con un índice glucémico elevado, que provocan un aumento repentino de la insulina en la sangre.
La reducción de la sensibilidad a la insulina aumenta la producción de andrógenos, hormona responsable del aumento de la seborrea y la consiguiente formación de puntos negros.
En consecuencia, debes eliminar de tu dieta la comida rápida, los alimentos procesados y los dulces.
Leche y productos lácteos: las investigaciones sugieren que la leche desnatada tiene un efecto más negativo sobre tu piel que la leche entera.
Los productos lácteos pueden contener hormonas como la progesterona, la androstenediona y el sulfato de dehidroepiandrosterona.
Los andrógenos pueden ser responsables de la piel grasa y de la colonización de la bacteria Propionibacterium acnes.
El acné también afecta a los adultos
El acné no es sólo una pesadilla de adolescentes.
Los problemas de espinillas, granos y piel grasa afectan cada vez más a personas de entre 20 y 30 años.
En el pasado, el acné se asociaba principalmente a una tormenta hormonal durante la adolescencia.
Hoy es la perdición de muchos treintañeros.
¿Las causas?
Estrés, contaminación atmosférica, mala alimentación.
Estos son sólo algunos de los factores de este acné «prolongado».
Para las personas que entran en la pubertad, la tormenta hormonal es la culpable de la aparición de lesiones de acné en la cara, la espalda o el escote.
No hace mucho se pensaba que, también en los adultos, el desequilibrio hormonal era una de las causas más importantes de las imperfecciones de la piel.
El acné adulto afecta principalmente a las mujeres, mientras que el acné adulto masculino es estadísticamente menos frecuente. Sin embargo, un estudio reciente reveló que ninguna de las mujeres examinadas sufría trastornos hormonales.
Esto no significa que haya que descartar esta causa en algunas personas, ya que los cambios se intensifican regularmente, por ejemplo en la época de la menstruación.
Sin embargo, ésta no es la razón principal por la que cada vez más adultos son incapaces de deshacerse del acné.
Presta atención a cualquier otro síntoma alarmante, como la pérdida repentina de peso, pérdida de cabelloLa causa podría ser un desequilibrio hormonal en el organismo.
El acné en los adultos suele ser más leve que en los adolescentes, pero a menudo es crónico y difícil de tratar.
No olvides que los granos pueden tener muchas causas.
Un sueño adecuado, la relajación, una dieta sana y una cuidadosa elección de los productos cosméticos pueden ayudar a mejorar el estado de la piel.
Deja el tratamiento con fármacos más potentes, como los antibióticos, como último recurso.
A menudo provocan efectos secundarios, como sequedad cutánea.
«Uno de mis mayores sueños es que mi negocio pueda cambiar el curso de la vida de una familia, un niño cada vez, retribuyendo a la comunidad«.